El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, ha despejado una de las dudas que rodeaban el camino de la opa lanzada por el BBVA sobre el Banco Sabadell, ahora mismo bajo el análisis de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) en lo que se llama segunda fase, consistente en un análisis más profundo de la operación de fusión entre ambas entidades. En su última aparición como máximo responsable del organismo supervisor, Buenaventura ha sido claro al respecto del papel de la CNMV: “Teniendo en cuenta que es una opa de canje, no hay un pago de efectivo y que ha pasado a fase 2, lo más apropiado es aprobar la opa una vez que se conozcan las condiciones de competencia”. Es decir, hasta que Competencia no fije sus condiciones, la CNMV no dará luz verde al folleto informativo.
“El folleto está muy avanzado pero cabe la posibilidad de que haya que incorporar nuevos elementos”, ha señalado Buenaventura durante la presentación del informe Análisis de la OCDE del mercado de capitales de España 2024: Mercados de capitales enfocados en una economía y un sector empresarial nacionales dinámicos y sostenibles, presentado este jueves en un acto en la sede del organismo supervisor.
Buenaventura ha resuelto la gran duda que rondaba la opa hostil del BBVA y que dependía de su organismo. Sobre el papel, la CNMV solo tenía que esperar al sí del Banco Central Europeo (BCE) para pronunciarse, de modo que si el proceso de aceptación por parte de Competencia se prolongaba más de lo esperado los accionistas del Sabadell deberían decidir sobre la opa antes de conocer las condiciones de la CNMC.
En anteriores intervenciones, Buenaventura había destacado que esta situación no se ha producido en los últimos años con las oleadas de opas que se han lanzado sobre las cotizadas españolas, lo que hacía sugerir a que la CNMV esperaría a la CNMC para pronunciarse. La situación se agravó cuando el organismo que pilota Cani Fernández decidió someter a la transacción a su análisis más duro, la conocida como segunda fase, lo que supone dilatar los plazos hasta bien entrado el año próximo y dejar al Gobierno, que se ha opuesto frontalmente a la transacción, decidir sobre las condiciones finales que se apliquen.
“Aprobar el folleto es el pistoletazo de salida para el periodo de aceptación”, ha asegurado. Preguntado por si eso implica esperar a la aprobación en Consejo de Ministros -la conocida como tercera fase, que se pone en marcha cuando la CNMC decreta esa segunda fase- ha especificado que es algo que evaluarán en su momento, pero que lo importante es que esas condiciones estén reflejadas en el folleto
Esta decisión de la CNMV, que hasta ahora no había expresado con tanta contundencia, supone un pequeño tanto que se apunta el Banco Sabadell en esta guerra con el BBVA. El consejero delegado del banco catalán. César González Bueno, ha pedido en repetidas ocasiones claridad en el proceso y más concretamente que los accionistas tengan que tomar la decisión de acudir a la opa solo cuando tengan toda la información, en referencia a las condiciones de Competencia.
El BBVA, en cambio, abogaba por un proceso más rápido. En la presentación posterior al lanzamiento de la opa, el banco calculaba que la aprobación tanto de la CNMV como de la CNMC y el BCE llegase en seis meses, antes del pasado 7 de noviembre. Y que la operación se completase en ocho, antes del 7 de enero. Un plazo ya se ha incumplido y el otro parece imposible que se cumpla.
Uno de los riesgos que deberá reflejar el BBVA en el folleto es la posibilidad de que, aunque la opa salga adelante, el Gobierno vete la fusión entre ambas entidades, tal y como el banco vasco ha expresado que es su intención una vez termine la opa. En junio, pocas semanas después del lanzamiento de la opa, Buenaventura ya aseguró que pedirán al BBVA que calcule el impacto de esta decisión sobre las ganancias estimadas con la opa.