El Valencia de Carlos Corberán necesitó tres jornadas para recibir la recompensa de una victoria por su evidente mejoría. La víctima fue una Real Sociedad que nada entre tres competiciones, que no para de enganchar un partido tras otro y que se ve obligada a dosificar a sus estrellas. El colista, justo en la semana en la que sus rivales directos puntuaron, dio el paso al frente que tanto esperaba Mestalla y mantiene viva la ilusión de mantener la categoría.
1
Giorgi Mamardashvili, José Gayà, Cristhian Mosquera, César Tárrega, Dimitri Foulquier, Javi Guerra, André Almeida (Pepelu, min. 66), Luis Rioja (Sergi Canós, min. 74), Enzo Barrenechea, Diego López (Fran Pérez, min. 58) y Hugo Duro
0
Álex Remiro, Nayef Aguerd, Igor Zubeldia, Jon Pacheco (Jon Olasagasti, min. 45), Javi López (Ander Barrenetxea, min. 61), Brais Méndez (Luka Sucic, min. 73), Sergio Gómez, Martín Zubimendi, Aritz Elustondo, Sheraldo Becker (Takefusa Kubo, min. 61) y Orri Óskarsson (Mikel Oyarzabal, min. 73)
Goles
1-0 min. 25: Hugo Duro
Arbitro Victor García Verdura
Tarjetas amarillas
Jon Pacheco (min. 41), Javi López (min. 48), Hugo Duro (min. 86), Sergio Gómez (min. 88), Martín Zubimendi (min. 93), Cristhian Ibarguen (min. 93), Foulquier (min. 95)
Los resultados serán los que serán, pero este Valencia de Carlos Corberán es más cabal, más atrevido y al menos ha dado señales de vida en tres partidos en los que se adelantó en el marcador. En la semana de Umar Sadiq, Hugo Duro. Días después de la llegada de Max Aarons, Dimitri Foulquier. Dos jugadores que conectaron para que el Valencia de Carlos Corberán cogiera aire.
La Real Sociedad se guardó algunas bazas condicionado por el inminente encuentro con el Lazio. Quizá no esperaba un Valencia tan entonado, gobernado por un Javi Guerra más calmado y sensato que el jugador desubicado que sorprendió en la primera vuelta después de una gran temporada que estuvo a punto de dejarle a las órdenes de Simeone. Aun así, el arranque estuvo marcado por dos errores clamorosos. Uno en cada área. Diego López y Orri Óskarsson perdonaron el gol con la portería abierta de par en par.
A Imanol no le gustó verse tan amenazado por este colista descarado y ordenó secuestrar el balón, tomarlo como rehén y aplacar al Valencia. La posesión, con el balón paseando de costado a costado en busca de alguna grieta en la defensa blanquinegra, le sirvió para generar alguna ocasión, pero no era la noche de sus delanteros. En especial de Óskarsson, que vivió una noche aciaga a la sombra de un Tárrega engrandecido. Y en esas emergió Foulquier por la banda derecha y metió una puñalada que atravesó el área y a cinco defensas de la Real. Hugo Duro recibió el balón y lo empujó para anotar un gol de oro.
Imanol aligeró la defensa para irse a por el partido en la segunda parte. La Real Sociedad no podía desengancharse de las plazas europeas y se fue de frente a por la portería de Mamardashvili. El Valencia, con todas sus líneas bien juntas, se defendía sin grandes apuros. Era el momento de subir la apuesta: Oyarzabal y Take Kubo. Imanol aligeró la defensa para irse a por el partido en la segunda parte. La Real Sociedad no podía desengancharse de las plazas europeas y se fue de frente a por la portería de Mamardashvili. El Valencia, con todas sus líneas bien juntas, se defendía sin grandes apuros. Era el momento de subir la apuesta: Oyarzabal y Take Kubo.
La hinchada del Valencia, nerviosa, casi histérica, miraba el reloj. Se acercaba la hora en la que el equipo solía desangrarse. Pero esta vez no fue así. Los once de Corberán, conectados y convencidos, resistieron las oleadas de la Real y hasta amenazaron la portería de Remiro. Esta no se escapaba y la grada lo celebró al grito de “¡Sí se puede!”. El Valencia no está muerto.
