Hamás liberará este jueves a ocho rehenes que tomó en su ataque del 7 de octubre de 2023, cinco más de los inicialmente previstos, según han informado los medios israelíes tras la entrega del listado por el movimiento islamista. Los cinco adicionales son trabajadores tailandeses que se encontraban aquel día en las inmediaciones de Gaza, donde suelen trabajar en la agricultura. Su entrega (que Hamás no ha confirmado) va por una vía paralela, no forma parte del acuerdo de alto el fuego en Gaza ni conlleva contrapartidas. A cambio de los tres rehenes israelíes, 110 presos palestinos (32 de ellos condenados a perpetuidad y 30 menores y mujeres) serán excarcelados. Será el tercer canje de la tregua, justo cuando se acerca el peliagudo momento de negociar el paso a la segunda fase, que pondría fin definitivo a 15 meses de devastadora invasión de Gaza. Esa transición es ―según la televisión pública israelí― uno de los temas que han abordado este jueves el enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Próximo, Steve Witkoff, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una reunión en Jerusalén.
Los cinco tailandeses (no se han desvelado sus nombres) suponen la mitad de los rehenes de otras nacionalidades aún en la Franja: ocho tailandeses, un nepalí y un tanzano. Dos de los tailandeses y el tanzano ya han sido dados por muertos.
Sí se conocían ya los nombres de dos de los tres rehenes israelíes en manos de Hamás y de la Yihad Islámica que recobrarán este jueves la libertad. Una es Yehuda Arbel, de 29 años. Justo por ella tendrá lugar este canje extraordinario. Israel impidió durante una jornada a decenas de miles de gazatíes regresar al norte de la Franja, en represalia porque Hamás no la había liberado antes que a cuatro soldadas.
La segunda es Agam Berger. Tiene 20 años y fue capturada en su segundo día de servicio militar obligatorio en la base militar de Nahal Oz. Es la última de las soldadas que tenía como misión vigilar Gaza que queda en manos de Hamás, tras la entrega de sus cuatro compañeras la pasada semana, con una teatral puesta en escena del movimiento islamista.
El nombre del tercero no se ha conocido hasta la tarde de este miércoles. El foro de rehenes ha confirmado que es Gadi Moses. Tiene 80 años y fue secuestrado en el kibutz Nir Oz junto con su exmujer, Margalit, liberada en el breve primer alto el fuego, en noviembre de 2023. Su pareja en ese momento, Efrat Katz, murió ese mismo 7 de octubre, aparentemente por disparos de un helicóptero militar israelí contra el coche en el que escapaban sus secuestradores, según una investigación de la Fuerza Aérea.
Cada paso de la tregua se observa con lupa, con sobresaltos y muestras de desconfianza que no la echan, sin embargo, por tierra. Israel, por ejemplo, pide ahora a Hamás que aclare ya si la familia Bibas (incluidos dos niños de dos y cinco años que tienen también nacionalidad argentina) está viva o muerta. El movimiento islamista comunicó esta misma semana a los mediadores el estado de los 33 rehenes que entregará en el mes y medio que dura la primera fase. Ocho están muertos, pero no especificó cuáles.
Hito
Mientras se cerraban los detalles del nuevo canje, Witkoff visitaba este jueves, escoltado por las tropas israelíes, el corredor de Netzarim, un espacio militar que corta Gaza perpendicularmente y que vigilan contratistas privados de EE UU, para supervisar el regreso de los palestinos desplazados al norte de Gaza. Se trata de un hito: ningún alto cargo del país había pisado Gaza ―en manos de Hamás desde 2007― en casi dos décadas.
Los medios israelíes han dado cuenta de la visita, pero no han sido difundidas imágenes. Sí, en cambio, del inicio de la reunión, a última hora del día, entre Witkoff y Netanyahu. Ninguno de los dos Gobiernos ha informado de momento sobre su contenido. Según la televisión pública israelí, el enviado de Trump exhortó a su interlocutor a llevar el alto el fuego hasta el final. Su mensaje: encárgate de resolver tus problemas políticos internos y yo me encargaré de que las preocupaciones de seguridad de Israel se tomen en cuenta en la negociación. El líder del principal socio ultranacionalista de Netanyahu, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, asegura que Netanyahu le ha garantizado (a cambio de que permanecer en la coalición) que solo cumplirá la primera fase del acuerdo. Smotrich subraya que no solo se irá, sino que hará además todo lo posible por echar abajo el Gobierno, si acaba incumpliendo su palabra. EE UU es, con Qatar y Egipto, uno de los garantes del pacto.
La reunión se produce en pleno festival de regalos de Trump a Netanyahu en los apenas nueve días que lleva en la Casa Blanca. Primero, la anulación de dos medidas de Joe Biden (las sanciones contra colonos judíos violentos en Cisjordania. Luego, la moratoria de bombas pesadas de hasta 900 kilos. Y ahora, su reiterada propuesta de “limpiar” Gaza, enviando sus habitantes a Egipto y Jordania. El presidente egipcio, Abdelfatá El Sisi, ha manifestado este miércoles su rechazo (“es una injusticia en la que no podemos participar”) ante la velada amenaza de Trump, cuyo país proporciona a El Cairo 1.300 millones de dólares anuales de ayuda militar, pese a las violaciones de derechos humanos: “Les ayudamos mucho y estoy seguro de que él [Al Sisi] nos ayudaría a nosotros. Es amigo mío. Vive en un barrio difícil. Pero creo que lo haría y creo que el rey [Abdalá II] de Jordania también lo haría”.
El último regalo del presidente de EE UU tiene forma de privilegio. Netanyahu será el primer dirigente extranjero que reciba en la Casa Blanca desde su regreso al poder. Será el próximo martes, según ha informado la oficina del primer ministro israelí, que partirá hacia Washington el domingo desde el aeropuerto de Tel Aviv y regresará el jueves. No ha especificado la agenda, aún sujeta a cambios.