El fabricante de coches Seat logró resistir a duras penas el año pasado frente un vendaval formado por un triple desafío: la mayor competencia de los fabricantes chinos, el lento avance del mercado del coche eléctrico y la guerra comercial que hay en marcha en el mundo mediante aranceles. Mientras que el grupo Volkswagen cerró el año con una caída de beneficios y ha decidido recortar su plantilla y reducir su capacidad de producción, su filial española todavía aguanta. Seat S.A., que agrupa las ventas de las marcas de Seat y Cupra, obtuvo un beneficio operativo de 633 millones de euros, un 1% más que el histórico récord de 2023. Traducido a las normas de contabilidad españolas, esta cifra fue de 535 millones, un 6% más, aunque el beneficio después de impuestos se redujo un 4,7%, hasta los 522 millones, por el menor uso de créditos fiscales.
El fabricante español, que este año cumplirá 75 años de historia, vendió el año pasado 612.000 coches, entre los modelos de Seat, de Cupra y los Audi A1 que se fabrican en la planta de Seat en Martorell (sin contar con estos últimos, las entregas globales fueron de 558.100 coches, un 7,5% más). La apuesta por Cupra, cuyos modelos representan el 48% de las ventas, tienen más margen de rentabilidad, ha impulsado nuevamente la facturación: las ventas de la compañía aportaron ingresos de 14.530 millones de euros, un 1,4% más que el año anterior. Pero así como el tirón de Cupra impulsó con mucha fuerza los resultados de 2023, los desafíos globales actuales han lastrado este avance: la rentabilidad sobre las ventas en 2024 fue del 4,4%, el mismo valor que se registró el año anterior.
De esta forma la empresa no ha logrado el objetivo que se había marcado de llegar a un retorno sobre ventas del 5%. Y una de los responsables es la guerra comercial que hay en marcha. Los aranceles que impuso la Unión Europea a China han perjudicado las ventas del Cupra Tavascan, que se fabrica en el país asiático, y por lo tanto sufre un recargo en el precio cuando se vende en los países europeos, el mayor mercado de Seat. “Tuvimos un importante impacto financiero y no podemos seguir así. Asumir las pérdidas no es una alternativa. Las discusiones con las administraciones en España y en Bruselas van en buena dirección, entienden nuestro problema, pero hasta ahora no hemos encontrado la solución”, ha explicado Wayne Griffiths, consejero delegado de Seat y Cupra, en la presentación de los resultados de 2024 celebrada en la fábrica de Martorell. Esta cuestión ya llevó hace un mes a Griffiths a alertar sobre el impacto que los aranceles sobre China pueden tener en el empleo, con un potencial de hasta 1.500 despidos en España.
Este estancamiento en la rentabilidad y la poca tracción que tiene el mercado de los vehículos eléctricos en Europa, y en España en particular —donde solo el 5% de los coches que se venden son eléctricos—, un mercado que además está presionado por los bajos precios de los coches eléctricos chinos, son la causa de que los resultados de Seat no hayan podido avanzar más. Siguiendo las normas de la contabilidad española, el resultado después de impuestos hasta fue un 4,7% menor que el año pasado, hasta los 522 millones de euros. Esto se explica porque en los años anteriores la compañía se beneficiaba de los créditos fiscales por haber sufrido pérdidas en el pasado, créditos que ahora ya tiene en menor medida porque desde 2022 ya volvió a tener beneficios.
El flujo de caja de Seat se situó en 1.300 millones de euros, un 4% más que el año anterior. “Esto nos pone en camino para continuar invirtiendo”, ha dicho Patrick Mayer, vicepresidente ejecutivo de Finanzas de Seat. Mayer ha explicado que la empresa invirtió 1.400 millones el año pasado, y que en cinco años se han desembolsado 5.400 millones.
“Los resultados de 2024 se consiguieron pese a los desafíos que tiene la industria, en un año que la economía global creció poco y estuvo marcada por la inflación”, ha dicho Griffiths en su intervención, en la que ha alertado: “El proteccionismo y los aranceles no funcionan”.
Desde 2019, Seat ha reducido los costes fijos un 30% y ha incrementado la rentabilidad de Cupra un 35%. La compañía sigue fiando su futuro a esta marca, que como tal empezó a andar en 2018, y con la que desde entonces ya ha vendido 800.000 coches mediante siete modelos distintos. En 2024 Cupra vendió 248.000 unidades (un 7,5% más). El próximo mes de septiembre lanzarán en Múnich el Cupra Raval, el primer vehículo urbano eléctrico, que se fabricará en Martorell y estará en las calles el año que viene. La marca Seat, por su parte, vendió el año pasado 310.000 coches, también un 7,5% más, y este año actualizará los modelos Ibiza y Arona.
España representa el 15% de las ventas para Seat, mientras que la Unión Europa, Reino Unido y Suiza aportan un 75%. El resto, un 10%, viene del resto del mundo, un porcentaje pequeño que Seat quiere revertir con la entrada de Cupra a Estados Unidos. La compañía ya está en conversaciones avanzadas con la empresa de logística del automóvil Penske Automotive, aunque todavía está por decidir qué modelos se fabricarán en la región norteamericana y dónde. “Desde el principio hemos dicho que si queremos ir ahí tenemos que fabricar en la región, incluido México, y que tenemos que llevar varias alternativas de modelos. Tendremos que tomar una decisión en el primer semestre de este año”, ha dicho Griffiths. El ejecutivo ha asegurado que los vaivenes por los aranceles de Donald Trump “no ponen en duda nuestros planes de ir a Estados Unidos” en esta década.