El Estado de Guanajuato vive días de violencia sin tregua. La madrugada de este jueves una camioneta fue abandonada en la carretera que conecta los municipios de Salvatierra y Yuriria —en el sur de la entidad y muy cerca de los límites con Michoacán— con varias bolsas de plástico que contenían los restos de por lo menos cinco personas, aunque medios locales apuntan a que pueden ser todavía más. El vehículo, que obstruía la carretera, fue reportado por testigos que también señalaron la presencia de dos mantas con mensajes relacionados con amenazas de grupos del narcotráfico que se disputan el control de la zona. Solo unos días antes, en la madrugada del martes, sicarios asesinaron a tres policías estatales, tres hermanos, en sus domicilios, en una comunidad de Guanajuato capital.
Un fuerte operativo ha sido desplegado cerca de la comunidad de Cupareo, en la carretera que conecta a Salvatierra y a Yuriria, para resguardar el punto en el que la camioneta Ranger de color gris, sin placas, y con impactos de bala y las llantas ponchadas, fue encontrada las primeras horas del jueves. Los primeros reportes de las autoridades confirmaron el hallazgo de las bolsas de plástico con restos humanos y una manta y una cartulina, ambos objetos con mensajes relacionados con amenazas. Una de ellas, la más grande, firmada con las iniciales del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La Fiscalía de Guanajuato ha emitido unas líneas sobre lo sucedido, en las que aseguran que “están en marcha los estudios forenses correspondientes” para la identificación de las víctimas, y para confirmar el número de personas que fueron asesinadas en este hecho. “La investigación sigue su curso, la información será proporcionada siempre y cuando no se afecte el curso de las indagatorias”, aseguraron.
En Guanajuato —un Estado con una ubicación estratégica para conectar varias entidades del centro con el norte del país— existe una disputa abierta y encarnizada entre el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima, un factor que ha sido considerado por expertos como una de las causas por las que la violencia se agrave en esta entidad. El año empezó con una crisis de asesinatos de policías municipales, y actualmente, el crimen ha escalado en sus objetivos.
El Estado concluyó 2023 con 3.132 asesinatos, uno de los datos más elevados de todo el país, cifra que va camino de repetirse este año, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Son números alejados, en todo caso, de los registrados en el pico de violencia en la entidad, principalmente 2020, cuando Guanajuato contó 5.370 asesinatos. Sin embargo, la violencia se ha diversificado y ha alcanzado niveles que no se habían visto antes.