Cultura y tradiciones ancestrales reflejadas en un desfile de modas – Nacionales

La organización del desfile de modas estuvo a cargo de los estudiantes del cuarto curso de la carrera de Diseño de Modas de la Universidad Autónoma de Encarnación (Unae), como parte de su formación práctica en diseño y gestión de eventos. Laura Portillo, directora de la carrera, destacó que el trabajo en equipo y el enfoque interdisciplinario caracterizan esta experiencia educativa, que trasciende las aulas e impacta en la comunidad, según dijo.

Unas 66 prendas de vestir, en las que se aplicaron técnicas de ñandutí, encaje ju, ao po’i, cestería y cerámica, fueron presentadas por sus propias creadoras durante un desfile que inicialmente estaba previsto para desarrollarse en la misión jesuítica de Jesús de Tavarangüe, en el distrito de Jesús, el viernes 6 de diciembre por la noche, pero que, debido a las condiciones meteorológicas, fue trasladado al día siguiente, a un centro de eventos de Encarnación.

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El desfile es la culminación de meses de trabajo en los que los estudiantes de Diseño participaron en un riguroso proceso creativo que abarca investigación, conceptualización y materialización de atuendos únicos. Este esfuerzo anual busca integrar técnicas artesanales tradicionales en propuestas modernas, destacando la riqueza cultural de Paraguay, refirió Nadia Czeraniuk, rectora de la UNAE, quien presidió el acto.

Más que un desfile de moda, “UNAE Diseña 2024″ fue una celebración de la identidad paraguaya y una plataforma para el talento emergente. La integración de técnicas ancestrales en diseños innovadores demostró cómo la moda puede ser un puente entre el pasado y el futuro, conectando generaciones a través del arte y la creatividad, sostuvo.

Con este tipo de actividades, lo que se busca es reafirmar el compromiso de la universidad con la formación integral de sus estudiantes y la promoción de valores que trascienden el ámbito académico. Este desfile es un ejemplo de cómo el diseño puede contribuir al desarrollo cultural, social y económico de una nación, apuntó.

Las obras materializan un proceso creativo que une generaciones de acumulación de conocimientos y técnicas. Para ello, los estudiantes desarrollaron un proceso que comenzó con visitas de campo a comunidades como Limpio, Areguá y San Miguel, donde trabajaron con artesanos locales para aprender las técnicas, conocer las experiencias y conectarse con los saberes ancestrales, para luego aplicarlos en la inspiración de sus diseños.

Cada prenda presentada en la pasarela es el resultado de este meticuloso proceso, reflejando un equilibrio entre tradición, modernidad y sostenibilidad.

Las obras fueron agrupadas en diseños por cada curso. Así, los del primer curso presentaron trabajos enfocados en encaje ju y cuero repujado; los del segundo curso presentaron diseños basados en cestería y cerámica; y los del tercer curso, prendas en ao po’i y ñandutí. Los del cuarto curso presentaron obras elaboradas con la técnica del tejido en telares artesanales.