El reclamo contra la violencia en Sinaloa ha desbordado al Estado y ha tocado a las puertas de Palacio Nacional. La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha sido cuestionada sobre la permanencia del gobernador, el morenista Rubén Rocha, al frente del Estado, uno de los reclamos centrales de las manifestaciones ciudadanas realizadas en Sinaloa este fin de semana, a seis meses de la guerra abierta entre Los Chapitos y La Mayiza que ha dejado cientos de muertos y desaparecidos. Sheinbaum ha afirmado que a la presidenta no le corresponde quitar o poner mandatarios, como en otra época. “Esa no es la labor del Gobierno federal. Nuestra labor es apoyar a las familias de todo el país construyendo la paz”, ha afirmado este lunes en conferencia de prensa.
El jueves y el domingo, miles de sinaloenses salieron a las calles en una demostración de hartazgo por la violencia y de descontento por la gestión de Rocha, que milita en el mismo partido de Sheinbaum. Hace meses que las facciones del Cártel de Sinaloa sostienen una sangrienta batalla por la supuesta traición que condujo al secuestro y entrega de Ismael El Mayo Zambada a Estados Unidos. El Gobierno de Sheinbaum, con el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a la cabeza, ha centrado la estrategia de pacificación en la captura de cabecillas criminales y la incautación de armas y drogas.
Pero la violencia no da tregua. El asesinato de dos niños de 9 y doce años junto a su padre, hace una semana, colmó la paciencia de la población, que salió a protestar con pancartas alusivas a los asesinados y desaparecidos y contra el gobernador, de quien exigieron su renuncia. “[Quiero] decirle al pueblo de Sinaloa que estamos trabajando todos los días, que sabemos y lamentamos la situación que están viviendo, pero que no solo es una preocupación, es una ocupación permanente”, ha afirmado Sheinbaum desde Palacio Nacional. “Llegaron más refuerzos a Sinaloa, y estamos trabajando todos los días para construir la paz, desde la garantía de la atención a las causas hasta la cero impunidad y la vigilancia y la presencia permanente, protegiendo a las familias de Sinaloa”, ha agregado.
A la herida social en el Estado ha contribuido mucho el gobernador Rocha, que a lo largo de estos meses ha tratado de restarle importancia a la violencia, como hace una semana, cuando dijo que en Sinaloa se vive “perfectamente bien”. Con todo, Sheinbaum, como en su momento Andrés Manuel López Obrador, ha mantenido un apoyo irrestricto al mandatario, su correligionario. A finales de diciembre, la presidenta viajó al Estado y declaró: “Que sepan los sinaloenses, el gobernador, que nunca los vamos a dejar solos; que aquí está la presidenta, que aquí está su equipo para proteger siempre al pueblo de Sinaloa”.
El Gobierno mexicano ha sostenido que la violencia en el Estado se debe en gran medida a la operación mediante la cual El Mayo Zambada fue secuestrado y entregado a autoridades de Estados Unidos, a finales de julio. Sheinbaum ha insistido en ese punto este lunes. “Hay que decir y recordar las razones por las cuales se desató esta ola lamentable de violencia en Sinaloa”, ha afirmado. La presidenta ha señalado que, una vez que el Gobierno de Donald Trump “se asiente” y haya una relación bilateral “más fluida”, seguirá insistiendo en la exigencia de que EE UU explique “cómo se dio esta detención en nuestro país, que es el origen de esta ola de violencia”.
