De acuerdo con el informe Digital Pathways for Education: Enabling Greater Impact for All, publicado por el Banco Mundial en 2024, la digitalización de la educación es un proceso importante para mejorar el acceso al aprendizaje y su calidad. Sin embargo, este avance enfrenta desafíos importantes, como la desigualdad en el acceso a la tecnología, la adaptación del papel de los docentes y la necesidad de regulaciones claras para proteger a los estudiantes.
El informe señala que uno de los principales problemas es la brecha digital, que genera desigualdad en el acceso a la tecnología. No todos los estudiantes cuentan con dispositivos electrónicos o conexión a internet de calidad en sus hogares, lo que limita sus oportunidades de aprendizaje digital. Este problema afecta especialmente a comunidades rurales y sectores de bajos ingresos, donde la infraestructura tecnológica es deficiente.
Además, el Banco Mundial destaca que la implementación de tecnología en la educación requiere inversiones significativas, no solo en equipos, sino también en plataformas digitales accesibles y en la capacitación de los docentes. Sin una planificación adecuada, la digitalización puede convertirse en un esfuerzo fragmentado que no impactará realmente en la calidad educativa.
Otro desafío es la efectividad de las herramientas digitales. Aunque existen muchas aplicaciones y plataformas educativas, no todas han sido diseñadas con base en principios pedagógicos sólidos. En muchos casos, el desarrollo prioriza la interactividad y el atractivo visual en lugar del impacto en la educación. Sin una evaluación rigurosa, las inversiones en tecnología pueden resultar poco efectivas.
El rol de los docentes en la educación digital
El documento destaca que, si bien la tecnología facilita la enseñanza, no reemplaza el papel fundamental de los docentes. La educación no solo implica la transmisión de información, sino también el desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de resolver problemas. En este contexto, el docente debe evolucionar de transmisor de conocimiento a facilitador del aprendizaje, con un enfoque en la orientación y el análisis crítico del contenido digital.
Para lograr este cambio, el informe propone destinar recursos a capacitación docente, con el objetivo de preparar a los educadores para incorporar herramientas digitales de manera efectiva en el aula. Muchos profesores enfrentan dificultades para integrar plataformas virtuales en sus clases debido a la falta de formación adecuada. Sin este respaldo, la tecnología puede convertirse en una carga adicional en lugar de un recurso útil.
Además, la presencia de los docentes permite contrarrestar uno de los mayores riesgos de la educación digital: la deshumanización del aprendizaje. La enseñanza no solo ocurre a través de pantallas, sino también mediante la interacción entre alumnos y maestros. En ese espacio de intercambio se desarrollan habilidades esenciales como la empatía, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo.
La necesidad de una regulación clara
Para el Banco Mundial, junto con los beneficios de la educación digital, emergen riesgos que requieren regulación y supervisión adecuadas. Uno de los principales problemas señalados en el informe es la privacidad de datos. Muchas plataformas educativas recopilan información sobre los estudiantes, pero no siempre está claro cómo se almacena o utiliza esa información. Sin normas estrictas, existe el riesgo de que los datos de los alumnos sean explotados con fines comerciales o queden expuestos a vulnerabilidades de ciberseguridad.
Otro riesgo señalado en el documento es la exposición de los estudiantes a contenidos inapropiados. No todas las herramientas digitales incluyen filtros adecuados, lo que puede llevar a que niños y jóvenes accedan a información inadecuada o sufran ciberacoso. Las instituciones educativas y los gobiernos deben garantizar que las plataformas utilizadas en la enseñanza cumplan con estándares de seguridad y protección infantil.
Además, el informe advierte sobre el uso excesivo de tecnología en la educación, que podría generar problemas a largo plazo. La digitalización no debe reemplazar por completo los métodos tradicionales, sino complementarlos. El tiempo prolongado frente a pantallas puede afectar la salud mental y física de los estudiantes, aumentar el riesgo de fatiga digital y reducir la capacidad de atención.
Un camino hacia la digitalización responsable
De acuerdo con el informe del Banco Mundial, cuando la digitalización sigue una estrategia bien definida, con énfasis en la equidad y el aprendizaje significativo, la tecnología se convierte en una aliada poderosa para la educación. Sin embargo, su implementación no debe responder únicamente a tendencias tecnológicas o intereses comerciales, sino a la necesidad de ofrecer un sistema educativo sólido y accesible.
El documento enfatiza que la digitalización educativa no debe implementarse sin un propósito claro. Es fundamental hacerlo de manera responsable. Cada estudiante merece la oportunidad de aprender y desarrollarse en un entorno seguro, inclusivo y de calidad.
Calidad de aprendizaje
De acuerdo con el Banco Mundial (publicación de 2024), la digitalización de la educación es un proceso importante para mejorar el acceso al aprendizaje y su calidad.
Rol del educador
El docente debe evolucionar de transmisor de conocimiento a facilitador del aprendizaje, con un enfoque en la orientación y el análisis crítico del contenido digital.
El tipo de herramientas
Uno de los grandes desafíos radica en la efectividad de las herramientas digitales a ser aplicadas. Aunque existen muchas aplicaciones y plataformas educativas, no todas ellas han sido diseñadas con base en principios pedagógicos sólidos.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.
https://www.abc.com.py/economia/2025/03/01/el-reto-de-digitalizar-la-educacion-en-paraguay-oportunidades-y-riesgos-en-la-era-tecnologica/
