Pese a los retrasos y los temores, el alto el fuego en Gaza avanza para convertirse en realidad esta misma semana. La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado en la madrugada de este viernes que su delegación en Doha y la del movimiento palestino Hamás han firmado el acuerdo que los mediadores (Qatar, EE UU y Egipto) habían anunciado el miércoles, pero quedó sin rubricar por diferencias de última hora. Los plazos se han apretado, pero se mantienen, mientras los cazas israelíes bombardean la Franja con intensidad: ya van 101 muertos, en su mayoría mujeres y niños, desde el anuncio del acuerdo el miércoles, según los servicios de emergencia de Gaza.
El gabinete de seguridad israelí se encuentra reunido para aprobar el pacto. Este sábado tiene previsto hacerlo el Gobierno en su conjunto, una vez acabada la jornada sabática, por la tarde. Si, como se da por hecho, recibe luz verde de ambos y no hay imprevistos, el canje de rehenes por presos palestinos comenzará este domingo, el día inicialmente previsto, ha precisado la oficina de Netanyahu. Entre la aprobación y la aplicación mediará un periodo de presentación de alegaciones al Supremo que no debería de frenarlo.
Listado
La prensa israelí ha difundido en la mañana de este viernes los nombres de los 33 rehenes que serán liberados en la primera fase del acuerdo. Entre ellos, hay dos niños de dos y cinco años y sus padres, así como tres mayores de 80 años. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha confirmado que dos de los 33 tienen también nacionalidad francesa. Se trata de mujeres, hombres de más de 50 años y los denominados “humanitarios”, como menores y enfermos. No se sabe con seguridad cuántos están con vida.
Hamás rechazaba incluir reservistas militares en esta primera fase, pero acabó cediendo. También insistía en las negociaciones en que no podía proporcionar un listado previo porque los constantes bombardeos y el riesgo de desvelar su paradero lo impedía. Israel acabó por aceptar el canje sin saberlo a ciencia cierta y cree que son la mayoría, a diferencia de los soldados de la segunda fase, donde se temen más cadáveres. El número de presos palestinos que sean liberados dependerá de cuántos estén con vida. Según los medios locales, los primeros —el domingo— serán tres mujeres civiles. Siete días más tarde saldrán los siguientes, otras cuatro personas.
Durante el mes y medio que tiene previsto durar la primera fase, Israel iniciará la retirada progresiva de sus tropas en Gaza, comenzará a liberar presos palestinos (algunos al extranjero) y permitirá a los desplazados del norte de la Franja ir regresando a los hogares que queden en pie.
“Esperando que todos vuelvan a casa” (Yediot Aharonot), “Conteniendo al aliento” (Haaretz), “Esperándolos” (Israel Hayom). Los titulares de las ediciones en papel de los principales periódicos israelíes dan cuenta del estado de anticipación ante el regreso de los rehenes, que toca una de las fibras nacionales más sensibles y forma parte del ethos nacional.
No todos comparten el entusiasmo. El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, adelantó este sábado que dimitirá si se “aprueba e implementa” el “desastroso” e “irresponsable” pacto, pero matizó que se asegurará de que Netanyahu sigue en el poder y que podría volver al Ejecutivo para apuntalarlo. El acuerdo de alto el fuego, señaló, “liberará a cientos de terroristas con sangre en las manos que, cuando salgan, tratarán de matar al próximo judío” y “deshace todos los éxitos de la guerra que nos han costado tanta sangre”. También pidió detener por completo la entrada de agua, electricidad y ayuda humanitaria a Gaza para forzar a Hamás a entregar a todos los rehenes.
La clave estaba, más bien, en la posición del ministro ultranacionalista con más poder, Bezalel Smotrich (Finanzas). Tras hasta cinco encuentros en dos días con Netanyahu, han llegado a un acuerdo (cuyos términos no se han difundido) para evitar la salida del Ejecutivo de su partido, Sionismo Religioso. Votará en contra, pero permanecerá en la coalición con el Likud, la formación de Netanyahu, y los socios ultraortodoxos.
El objetivo del acuerdo firmado esta madrugada es convertir el alto el fuego en definitivo, pero su aplicación dependerá en la práctica de los acuerdos bajo cuerda entre Netanyahu y Donald Trump, que tomará posesión como presidente de Estados Unidos el próximo lunes (y que ha nombrado en puestos claves hombres con posiciones cercanas a la derecha israelí más extrema), en torno a volver a bombardear Gaza cuando considere que Hamás trata de reagruparse; la anexión del territorio ocupado de Cisjordania; y, sobre todo, Irán, al que ambos dan mayor importancia.