El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander ha escuchado este jueves las alegaciones finales de las dos grandes energéticas españolas antes de dejar visto para sentencia la demanda que la mayor eléctrica española, Iberdrola, interpuso el pasado mes de febrero contra la mayor petrolera del país, Repsol —tanto la matriz como dos filiales comercializadoras—, por greenwashing o blanqueo ecológico. Una quincena de mensajes difundidos en la página web corporativa y tres campañas publicitarias que Repsol lanzó en 2023 para mostrar su compromiso con la sostenibilidad son las que Iberdrola ha llevado a los tribunales y ha calificado de “engañosas”.
La petrolera presidida por Antonio Brufau, defendida por el despacho Dentons, se presenta en el mercado como “líder en la transición energética” y la eléctrica pilotada por Ignacio Sánchez Galán, asesorada por los abogados de Ontier, cuestiona que sea así. Iberdrola no pide una condena por daños y perjuicios, sino la retirada de determinados mensajes publicitarios y la prohibición de volver a caer en la conducta denunciada. El greenwashing, anglicismo utilizado cuando una empresa se presenta como respetuosa con el medio ambiente cuando en verdad no lo es, es una práctica prohibida por la normativa europea.
La vista oral ha comenzado a las nueve de la mañana en punto y se ha iniciado con las periciales que tanto Iberdrola como Repsol han presentado para cuestionar o defender la actuación de Repsol. Un trámite clave para la resolución del conflicto, que se ha alargado más de seis horas, en la que las defensas han puesto todos sus esfuerzos para convencer al juez de sus posturas y contrarrestar la tesis del contrario. En ambos casos se han planteado dos informes: uno desde el punto de vista de la comunicación y otro desde la perspectiva económica. Por parte de la eléctrica han comparecido las consultoras Roman Consulting y Nera Economic Consulting; mientras que por parte de la petrolera las encargadas para examinar sus mensajes han sido el economista y experto en el sector energético Fernando Barrera y la consultora LLYC.
Ser o estar comprometido con la sostenibilidad
Gran parte del debate ha estado centrado en si es lo mismo ser sostenible que estar comprometido con la sostenibilidad. Para Iberdrola, la empresa demandada se presenta como sostenible, algo que ve incompatible cuando la inmensa mayoría de sus ingresos proceden del petróleo. Para demostrar su tesis, durante su interrogatorio a Fernando Barrera —quien se ha visto obligado a sacar la calculadora para confirmar sus cálculos sobre la reducción de emisiones de carbono de Repsol— ha mostrado un documento en el que Repsol dice: “Somos sostenibles en toda nuestra cadena de valor”, si bien el perito ha replicado que esto hace referencia a la “economía circular”.
Por su parte, la representación de Repsol ha defendido que la sostenibilidad es un objetivo a desarrollar progresivamente. “Si mañana dejara de venderse gasolina, ¿funcionaría el país cuando la inmensa mayoría de vehículos son de combustible?”, ha preguntado el letrado al lo que el consultor de Nera, a lo que este ha respondido que “no”, pero con una puntualización: Eso no hace que sea sostenible”, ha esgrimido.
Así las cosas, el perito de Roman ha enfatizado que, desde el punto de vista de la comunicación, los mensajes de sostenibilidad de Repsol son “meridianamente engañosos”, pese a ir reforzadas con “imágenes de agua, bosques y hojas”. En este sentido, ha argumentado que el contenido de la página web y las numerosas declaraciones de Brufau y del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, también pueden ser confusos para el consumidor al presentarse como compañía eléctrica comprometida con las energías renovables, ya que son “contrarias a las políticas europeas”.
Esta idea ha sido reforzada por Nera, cuyo perito ha asegurado ante el juez que Repsol “no es sostenible”, ya que no está cumpliendo con su compromiso con la sostenibilidad para el año 2025 y ha puesto en duda la senda marcada para lograr cero emisiones netas en 2050, en línea con lo establecido en el Acuerdo de París, porque sigue invirtiendo “miles de millones en petróleo”. “Se están comprometiendo a hacer lo mínimo posible sin cumplir la normativa”, ha concluido.
Por su parte, los peritos de Repsol han expuesto unas reflexiones totalmente opuestas. El economista Barrera ha iniciado su intervención rebatiendo el informe de Nera: “Cometió [la consultora] un error. Repsol no dice que sea sostenible, sino que está comprometido con la sostenibilidad y es líder en la transición energética”. “Comprometerse con ser sostenible es intentar llegar a ese estadio. Los países del mundo no son sostenibles, las empresas del mundo no son sostenibles. Estamos satisfaciendo las necesidades del presente pero estamos preocupados con el cambio climático”, ha explicado.
En esta línea, el perito ha sostenido que, aunque “más del 90% de los ingresos” de Repsol provengan de hidrocarburos, no le impide que sea una “empresa multienergética”. De hecho, ha remarcado que en los últimos años la compañía ha hecho “esfuerzos” para estar en el sector de la electricidad.
Por último, la consultora LLYC ha señalado, por un lado, que Repsol no ha ocultado al consumidor que su “actividad tradicional” es el sector de hidrocarburos y, por otro, que el análisis de comunicación contratado por Iberdrola se enfocó en “algunas secciones de la web corporativa y algunas campañas”. Es más, el letrado José Antonio Cainzos ha apuntado en un momento del juicio que “no solo hay tres campañas publicitarias, sino 35″.