![La sede de la Reserva Federal en Washington.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WXVT47LRUHZ5FWWH3XTTI2GPUY.jpg?auth=c35f7483553cbf0e15afca91ce0f65c7380e2ab12355644580e0cd8de949ecd9&width=414)
La Reserva Federal de Estados Unidos ha despedido el año con el tercer recorte de tipos de interés desde septiembre, de 25 puntos básicos, hasta alcanzar un rango objetivo de entre el 4,25% y el 4,5% (un punto porcentual menos que en septiembre). El banco central ha enfriado también las expectativas de abaratar el precio del dinero en los próximos meses y estima ahora ejecutar solo dos rebajas de tipos en 2025 y otras dos en 2026, según las proyecciones dadas a conocer este miércoles por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en sus siglas inglesas). Los funcionarios de la Reserva Federal también han reducido sus previsiones de desempleo para 2025 y revisado las de la inflación hasta el 2,5%, desde el 2,1% apuntado en septiembre.
A diferencia de reuniones anteriores, en esta ocasión no ha habido unanimidad en la decisión. Beth Hammack, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, votó en contra de la bajada de tipos, prefiriendo mantener sin cambios los costes de endeudamiento.
La última reunión del año del comité responsable de fijar la política monetaria de EE UU se esperaba especialmente por la actualización del cuadro de previsiones macroeconómicas, más positivas de lo previsto aunque sujetas a una incógnita: el segundo mandato de Donald Trump. La economía de EE UU ha demostrado ser más resistente que lo que se esperaba hace tan solo unos meses. Datos recientes confirman un aterrizaje suave, con la inflación bajando más lentamente —aunque con un leve repunte en octubre y noviembre—, y el mercado laboral no tan debilitado como se temía. Tras la reelección del republicano en noviembre, que ha amenazado además con limitar la independencia de la Fed, los responsables del banco central, incluido su presidente, Jerome Powell, han reiterado que es demasiado pronto para tener en cuenta en el cuadro de previsiones las políticas, aún por concretar, del presidente electo.
“Le tomamos la palabra al presidente Powell y al comité [de la Fed] cuando dicen que harán política monetaria en función de los cambios reales en las políticas fiscales, comerciales y de inmigración, y no por adelantado”, han escrito economistas de Morgan Stanley. Las proyecciones de los responsables políticos de la Fed presentarán un crecimiento más fuerte en 2025, una desinflación más lenta este año y el próximo, “y menos recortes de tasas en la trayectoria política adecuada”, apuntaban los expertos.
En septiembre, los funcionarios de la Fed cifraron en un 2% el crecimiento previsto para 2025; este miércoles lo han actualizado hasta el 2,5%. La encuesta de la Reserva Federal de Filadelfia había elevado su estimación del 1,9% anterior al 2,2%. Aun así, la hoja de ruta para 2025 proyecta también la debida cautela de lo que pueda suceder con Trump, y en especial sus promesas de abundar en su reforma fiscal de 2017, que bajó impuestos a las rentas más altas; una barra libre de desregulaciones y la imposición masiva de aranceles, que provocarían, junto con la anunciada deportación de millones de inmigrantes, una subida de la inflación.
Después que la inflación subyacente aumentara en noviembre un 0,3% por cuarto mes consecutivo hasta situarse en el 2,8% interanual, todos esperaban que los funcionarios de la Fed revisaran al alza sus proyecciones. Para el año próximo la Fed prevé el 2,5%, desde el 2,1% previsto en septiembre.
La horquilla de entre el 4,25% y el 4,5% deja el precio del dinero muy por encima de la estimación media de la Fed para las tasas a largo plazo, del 2,9%, estimada en septiembre y considerada una aproximación al tipo neutral, que ni impulsa ni frena la economía. Los últimos datos económicos también han suscitado dudas sobre si esta tasa debería ser más alta. Esa incertidumbre podría dar a los funcionarios más razones para moverse lentamente con los recortes de tasas, dijo Tim Duy, economista jefe de EE UU para SGH Macro Advisors. “A medida que nos acercamos al límite superior de esas estimaciones, tiene sentido para la Fed moverse más despacio mientras evalúa en qué punto del ciclo político se encuentra”, explicó en declaraciones recogidas por Bloomberg.