Inoxichel España Noticias La nueva vida del Palace de Madrid: así ha quedado el hotel tras una reforma de 90 millones | Fortuna

La nueva vida del Palace de Madrid: así ha quedado el hotel tras una reforma de 90 millones | Fortuna

Más de un siglo es tiempo suficiente para vivir varias vidas. Un ejemplo de ello es el hotel Palace de Madrid, que mira a su pasado, y presume de él, en la nueva etapa que empieza este martes, tras una reforma de 22 meses en la que se han invertido 90 millones de euros. El establecimiento, cuyo dueño y gestor es Archer Hotel Capital, cambia además de la marca prémium Westin a otra de lujo como es The Luxury Collection, ambas de Marriott, la primera hotelera mundial con más de 1,1 millones de habitaciones en todo el mundo.

Lo que no ha cambiado es el número de habitaciones, 470, de las que 50 son suites. Aunque sí las tarifas, que van a ser más elevadas, como reconoce su gerente general, Pablo Flores. Para este martes, el precio de la más barata era de 645 euros.

Flores lleva ya una década al frente de este histórico hotel y muchos años más de trayectoria. Tiene experiencia en aperturas de establecimientos, pero reconoce que es la primera vez que se ha enfrentado a la reforma de uno sin tener que cerrarlo, como hizo su vecino de enfrente, Mandarin Oriental Ritz, que estuvo tres años sin abrir por obras.

“Hemos podido continuar todo este tiempo abiertos porque no tenemos edificios adyacentes. Además, el hotel es un trapecio perfecto bastante amplio. Esto nos permitió hacerlo por segmentos, que manteníamos aislados, y seguir usando las habitaciones de los otros lados”. Cuando le tocó el turno a la planta baja, donde se ubica la recepción, el centro de convenciones sirvió de espacio para dar la bienvenida a los huéspedes.

Uno de los momentos clave de la reforma fue el desmontaje de la mítica cúpula del hotel. Uno a uno, los 1.875 cristales que la forman fueron restaurados. Algunos, en un taller que se montó en ese mismo espacio. Otros fueron enviados a los especialistas de Vitralls Bonet en Barcelona. Ahora, vueltos a ensamblar, dejan pasar la luz que baña la zona de restauración del hotel, que se reabrió el pasado viernes. Ya ese día fueron varias las personas que entraron para ver cómo había quedado la cúpula e incluso hubo quien se percató de que ha vuelto a su lugar original la lámpara que cuelga de ella, y que durante unos años, antes de la reforma, estaba en el vestíbulo. De la cocina se encarga Nuno Matos, que se incorporó en diciembre como chef ejecutivo de un hotel en el que se hospedaba cuando visitaba Madrid de pequeño.

Junto al restaurante La Cúpula está otra de las novedades de la nueva etapa: el 27 Club, que con su nombre hace un guiño a ese grupo de poetas, escritores y artistas, como Lorca, Dalí o Buñuel, que se reunían en el bar del Palace. El espacio es un recorrido por la historia del hotel. Desde piezas de vajillas antiguas a los libros de registro, pasando por los dibujos de huéspedes ilustres que decoran la parte superior de la estancia. Incluso un teléfono de 1912, como el que tenía cada habitación del hotel cuando se inauguró.

Una historia que queda patente en diferentes mármoles y columnas que se han recuperado en el proceso de restauración de las zonas comunes. Durante la renovación, comandada por el arquitecto Miguel Díaz, se han tenido en cuenta fotos antiguas del hotel para devolver al edificio su aspecto original. Un ejemplo es la recepción, que, en palabras de Flores, “es una réplica de la que había en 1912″. “Puedes hacer un hotel espectacular e invertir muchísimo dinero, pero nunca vas a tener un palacio de más de 100 años como este. Y eso es un elemento que nos diferencia”.

El homenaje a los huéspedes ilustres también queda patente en algunas de las 20 salas de reuniones. Desde la Ernest Hemingway, que se ubica donde una vez estuvo el bar del hotel, hasta la que lleva por nombre Mata Hari, como guiño a los espías que poblaban el Palace durante las dos Guerras Mundiales.

Las habitaciones, por su parte, “sí que se han hecho desde cero”, apunta el directivo. Para la decoración de las mismas, el diseñador de interiores Lázaro Rosa-Violán se ha inspirado en el cercano Jardín Botánico, llegando incluso a encargar que los azulejos de las duchas sean una réplica de una vista aérea de su fuente central, tal y como aparecía en una antigua postal que encontró en El Rastro. Una relación con Madrid que se nota en los claveles que forman parte del aroma encargado en exclusiva para el hotel.

Se han hecho también expresamente para el establecimiento, por parte del estudio de Rosa-Violán, algunas de las obras de arte que decoran las zonas comunes, y que comparten espacio con tapices belgas de varios siglos. Modernidad y pasado para no olvidar la historia del Palace en su nueva vida.

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