El primer representante del Gobierno de Donald Trump en visitar Ucrania no fue ni el jefe del Pentágono ni su Secretario de Estado, fue el secretario del Tesoro. Scott Bessent se reunió el 12 de febrero en Kiev con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, con un único punto en la agenda: entregarle un borrador de acuerdo por el cual empresas ucranias y estadounidenses explotarían para beneficio de EE UU minerales críticos para la industria tecnológica por valor de medio billón de dólares (477.200 millones de euros). Zelenski ha recibido una presión constante desde entonces para firmar el contrato, algo a lo que de momento se ha negado porque el documento no incluye qué asistencia recibirá el ejército ucranio a cambio.
“El pueblo americano merece ser recompensado, merece un retorno por los miles de millones que han invertido en esta guerra, creo que Zelenski sería muy inteligente si acepta el acuerdo con Estados Unidos”, dijo este domingo Mike Waltz, negociador de Trump para Oriente Medio y Rusia. El mandatario ucranio confirmó el 15 de febrero desde la Conferencia de Seguridad de Múnich que no había firmado la propuesta recibida de Bessent porque esta no incluía las “garantías de seguridad” que su país tiene que obtener a cambio.
Fue Zelenski el primero en ofrecer a Trump el canje de los minerales críticos, en septiembre de 2024, cuando el hoy presidente era todavía candidato. Como explicó Zelenski este fin de semana en Múnich, las propuestas que llevó a EE UU el pasado otoño estaban formuladas previendo que el apoyo estadounidense a Kiev sería cada vez más difícil de garantizar, sobre todo si Trump alcanzaba la presidencia. El líder ultraconservador le tomó la palabra y ahora exige lo que cree que es justo para sus intereses.
Trump ha puesto un precio, el medio billón de dólares en minerales, que es lo que él considera imprescindible para compensar lo aportado hasta ahora por su país y lo que podría suministrar en el futuro. EE UU ha transferido a Ucrania desde el inicio de la invasión en 2022 una ayuda por valor de 114.900 millones de euros, según un recuento del Instituto para la Economía Mundial de Kiel, organismo independiente de referencia para el análisis de la contribución internacional a Ucrania. Esto equivale a una cuarta parte de lo que exige Trump en estos recursos naturales.
The Washington Post informó el 15 de febrero de que el borrador que recibió Zelenski indicaba que EE UU quiere tener el derecho de explotación de la mitad de los recursos minerales de Ucrania. Ni el Gobierno estadounidense ni el ucranio han negado la información, pero si esto fuera cierto, el medio billón de dólares que exige Trump se queda corto. Según estimaciones del Gobierno ucranio, el valor de todos los yacimientos minerales del país supera los 14 billones de dólares.
Tierras raras sin explotar
Trump ha puesto el ojo en las tierras raras y en otros minerales estratégicos para la industria tecnológica, de defensa y energética. Las tierras raras son 17 minerales poco comunes en la tierra y, sobre todo, difíciles de obtener. China tiene el récord mundial, con un 70% de los recursos globales. Las principales estimaciones de los yacimientos de tierras raras en Ucrania proceden de la época soviética, pero centros de análisis independientes dan por hecho su enorme potencial. Las tierras raras están prácticamente sin explotar en Ucrania.
Washington también quiere otros minerales estratégicos de los que Ucrania tiene algunas de las mayores reservas del mundo. Elementos como el titanio, litio, uranio, grafito o manganeso, de los que Ucrania es uno de los países más ricos. Zelenski ha indicado que un 20% de estos recursos se encuentran en territorios ocupados por Rusia. Un ejemplo de esto es el depósito de Novopoltavske, uno de los mayores del mundo en tierras raras, según el Gobierno ucranio. Novopoltavske se sitúa en la zona de la provincia de Zaporiyia bajo control del invasor.
Otros yacimientos se hallan muy cercanos a la línea del frente de guerra, donde avanzan las tropas del Kremlin. Es el caso del yacimiento de litio de Shevchenko, en la provincia oriental de Donetsk, que está a siete kilómetros de la línea que separa al ejército ruso del ucranio, y donde las fuerzas invasoras están ganando terreno a mayor velocidad. El depósito de tierras raras más extenso del país, según el Servicio de Estudios Geográficos de Ucrania, está dividido entre territorio bajo ocupación rusa y en la Ucrania libre, entre las provincias de Zaporiyia, Donetsk y Dnipró.
La cadena de televisión NBC informó el sábado, a partir de fuentes anónimas en la Casa Blanca, de que el acuerdo que propone Trump incluye destinar soldados estadounidenses a proteger los yacimientos que se exploten para la exportación a EE UU.