Los fuertes vientos de Santa Ana, una corriente seca que sopla del interior de California hacia la costa, fortalecieron durante la noche un incendio en Malibú, la ciudad costera al oeste de Los Ángeles. Las llamas han crecido sin control y ya han destruido casi 900 hectáreas (2.200 acres) con una contención de 0% a las 8.20 (hora local). El incendio, llamado Franklin, ha obligado a que las autoridades pidan la evacuación de miles de personas, pues el fuego amenaza con consumir unas 2.000 estructuras. Malibú tiene una población de 11.000 personas. Unas 6.000 viven al este, el área amenazada por Franklin.
Esta mañana las llamas del incendio podían verse en ambos lados de la carretera del Pacífico, una muy concurrida vía que conecta la metrópolis con las afluentes zonas de la costa. Algunas casas y una iglesia han sido alcanzadas por las llamas del siniestro, que ganó fuerza gracias a vientos de entre 80 y 120 kilómetros por hora y condiciones de muy baja humedad en la zona afectada, de solo 5%.
Anthony Marrone, el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, ha informado esta mañana en una rueda de prensa que el incendio ha destruido “un número mínimo de casas”, aunque no proporcionó la cifra exacta de residencias siniestradas. Pidió a la población moderar el servicio del agua en para no afectar la presión del líquido para los cientos de bomberos que trabajan en la zona. Los bomberos también están combatiendo la conflagración con helicópteros que usan agua de un lago artificial que hay en el parque de la universidad de Pepperdine, ubicada en la ciudad de Malibú. Las clases y exámenes finales en el centro han sido canceladas para este martes, anunció la institución.
Las autoridades recibieron el primer informe sobre el fuego sobre las 22.50 de la noche. El origen no ha sido determinado. Los habitantes del este de Malibú comenzaron a recibir alertas y notificaciones del incendio media hora más tarde, cuando las llamas comenzaron a avanzar por las laderas de las colinas de la región y en los jardines de las residencias comenzaron a llover rescoldos. Para la medianoche, un grupo de agentes de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles estaba llamando a las puertas de los residentes pidiendo que abandonaran sus casas y se dirigieran a alguno de los dos albergues que han sido acondicionados en las últimas horas.
Un portavoz de la ciudad ha informado esta mañana a la cadena CBS que el muelle de Malibú no sufrió daños en el avance de Franklin del interior a la costa. “Creo que el impacto aquí va a ser predominantemente a casas y residencias”, aseguró Matt Myerhoff al informativo matutino.